
Mente
Reflexiona sobre tu intención: ¿Qué quieres obtener de tus prácticas de desarrollo personal y cómo tu mente contribuye o dificulta tu capacidad para lograrlo?

Principios para la elección de prácticas
Nada que demostrar
Recuerda que no tienes nada que demostrarle a nadie, ni siquiera a ti mismo. Este es un ejercicio de autorreflexión que se supone que aporta armonÃa.
Sé un niño
Elige algo que te suponga un reto y empieza a mirarlo como si tuvieras tres años. Todo es emocionante a esa edad, aunque a veces dé miedo.
Todo el mundo es creativo
Todos hacemos actividades que simplemente nos levantan el ánimo. Ni siquiera necesitamos ser buenos en ellas; simplemente disfrutarlas y sentirnos inspirados.

Un poco de inspiración
Cualquiera de estas sugerencias u otras actividades que se te ocurran que puedan contribuir a un compromiso corporal con la mente. La idea es desidentificarnos del parloteo interno continuo que nos lleva a creer que no somos lo suficientemente buenos y que siempre tenemos que hacer más. Es cierto que para seguir creciendo, tenemos que trabajar en los lÃmites y desafiar nuestras capacidades, pero podemos hacerlo sin apegarnos a la idea de la perfección. Lo intentamos y, si las cosas no funcionan, podemos seguir adelante o volver a intentarlo. En esta dimensión del crecimiento, nos desafiamos a nosotros mismos para salir de nuestra zona de confort de maneras que sean significativas y edificantes. Si te gusta el control, prueba actividades que te obliguen a tomarte menos en serio; si tu creatividad se desvÃa hacia la procrastinación, intenta llevar a cabo pequeñas tareas. Si ya estás equilibrado, ¡felicitaciones! Puede que haya algo que todavÃa tenga un poco de borde. Explora los lÃmites y espera lo inesperado, pero sobre todo, confÃa en el proceso y diviértete con él.
Prácticas : estudiar, escribir, dibujar, coser, hornear, bailar, actuar, codificar videojuegos, grabar podcasts... sentirse inspirado... todo vale.
